La
hipnosis puede mejorar la autoestima:
“La
autoestima es como el dinero, solo preocupa cuando no se tiene”
La autoestima es un juicio de valor de la persona sobre sí misma,
sobre lo que siente y piensa de sí misma, inevitablemente subjetivo e influido
por el entorno social.
Se va
construyendo desde la cuna con los materiales que se reciben; si se recibe
afecto, atención y cuidado, se ha de percibir que se es valioso y que se merece
lo que se recibe, hay un merecimiento
positivo; si se recibe desatención, rechazo y maltrato, se ha de percibir que
no se es valioso y que no se es merecedor de nada bueno.
El ser
capaz de solucionarse los propios problemas, ser competente para ganarse la
vida y confiar en las propias habilidades para ello, constituye lo que llamamos
competencia.
Competencia
y merecimiento construyen la autoestima. La primera observable por medio de la
conducta y el segundo subjetivo y más difícil de inferir, están en continua
interacción y aunque suelen ser de proporcionalidad directa, en casos de
sobrecompensación (ej.: trabajo más que nadie para que me quieran), puede ser
inversa.
Niveles
medios de competencia y merecimiento nos sitúan en una autoestima adecuada. Los
niveles extremos nos llevarán del narcisismo a la depresión.
La
autoestima suele ser bastante estable a lo largo de la vida. Puede fluctuar
debido a acontecimientos puntuales, y puede cambiar.
Si la
queremos cambiar, será porque no nos gusta, será porque nos hace infelices.
Llega el momento de arrojar conciencia,
luz, a cómo se ha construido y establecer nuestro propio juicio sobre el
proceso de su construcción. Al establecer nuestro propio criterio sobre
nosotros mismos y sobre lo que nos rodea, no vamos a cambiar la historia, pero
si podemos cambiar nuestra manera de estar en el futuro. Nos erigimos en
nuestros propios jueces, de modo que los juicios ajenos, amén de respetables,
se nos hacen innecesarios (aquí no se alude a cuestiones legales).
Sentimientos,
valoraciones y creencias están profundamente arraigados en el inconsciente e
influyen poderosamente en nuestra manera de ver el mundo. Llega un momento en
el que tenemos que determinar si los valores que nos acompañan nos siguen
siendo útiles o no, si los queremos hacer nuestros y conservarlos o no los
sentimos nuestros y queremos desecharlos. Hablar de todo ello es necesario y
contar con la hipnosis para remover el inconsciente y hacerle llegar nueva
información que sustituya o al menos cuestione la anterior, es una ayuda.
Aquí
conviene repetir que la hipnosis es una herramienta dentro de un proceso.
En Madrid
durante el mes de febrero de 2014.