Ellos) - Hola,
buenas tardes.
Ψ) – Buenas tardes,
ustedes dirán que les trae por aquí.
Madre) - Es por él,
está deprimido, está de baja y no sale de casa, últimamente está mucho peor,
las pastillas prácticamente no le hacen nada. La psiquiatra le ha dicho que le
vendría bien hacer terapia con un psicólogo, pero en la Seguridad Social tardan
mucho en dar cita. Tendría que contar todo lo que le pasó de pequeño y luego
todo aquello con su ex mujer y sus hijos, que eso si que fue gordo, y mire que
se lo advertí: “¡que esa mujer no es buena!”, y él erre que erre, hasta que
acabó como yo sabía que acabaría, eso sí que es de psicólogos; siempre se ha
complicado mucho la vida, y ahora es que no levanta cabeza, y yo le tengo
dicho: ¿por qué no pides ayuda?,…vamos a que te vea alguien, porque no puedes
estar todo el día en casa sin hacer nada; tendrías que buscarte algo que hacer,
un curso de escribir o de pintura ¡o yo qué sé de qué!; salir por las mañanas y
así me dejarías hacer la casa, porque hijo, por más que quieras ayudar en el
fondo eres un estorbo, porque sacándote del dichoso ordenador, no sirves para
nada, y ahora ni lo tocas, … ¡si es que ni los amigos te aguantan!.
Ψ) – ¿Y usted que
cree que le pasa?
Hijo) - Lo que diga
ella.
Ψ) – Bien, pues si
le parece me lo trae el jueves a las seis para que empecemos unas sesiones
individuales, en las que él irá hablando de lo que quiera hablar, y poco a poco
usted verá como va cambiando.
Madre) - Bueno, ya
veremos. Porque no estamos para gastar dinero en tonterías.
Ψ) – Como ustedes
quieran…