Más allá de
los síntomas que se pueden especificar y que encontramos en los manuales de
diagnóstico, me parece ver en el paciente el convencimiento de su incapacidad
de hacerse cargo de sí mismo en determinadas circunstancias.
Sus miedos, pueden
estar apoyados en sus vivencias o en su imaginación, y ser de largo recorrido, o
sea, que han ido instalando de manera insidiosa a lo largo de muchos años de
auto desconfianza. Al principio pudo sentirse sorprendido por una situación nueva,
sentimientos y sensaciones desconocidas que tuvieron como resultado preocupaciones
y dudas sobre sí mismo, que le fueron retirando de las cosas que hacía
habitualmente.
Esas
sensaciones desconocidas, después de descartar cualquier causa orgánica, suelen
tratarse con ansiolíticos, lo que en el mejor de los casos deja larvado el
problema, solo se trata el síntoma.
El paciente
necesita ser escuchado profundamente. En consulta, su primera sorpresa es que
otro le escucha, y la segunda sorpresa es que puede hablar. Son demasiadas
personas ya las que han opinado sobre lo que le pasa, y muy pocas le han escuchado.
Las imágenes
son muy poderosas y esta es una de las suelo usar para explicar que es lo que
va a ser la terapia: “Imagínate que estamos ante un problema que tiene forma de
ovillo, un ovillo de lana de muchos colores, del que asoman varias puntas. Lo que vamos a hacer es ir
tirando de cada una de esas puntas. Las que vayan cediendo primero, y poco a
poco, iremos aflojando el ovillo, unas cederán más y otras cederán menos. Hasta
que al final tengamos todas las hebras sobre la mesa. Cuando tengamos las
hebras ya veremos qué hacemos con ellas.”
Tenemos que
tener una perspectiva. Lo importante no ha sido tanto deshacer el ovillo como
ver qué es lo que podemos hacer con él, verlo en perspectiva y qué es lo que
puede significar para nosotros.
Necesito
saber cosas de mi paciente, pero lo más importante es el proceso que usa el
paciente para darme esa información que él ya conoce. Cuando tiene que acceder
a ella, el paciente reelabora la información y al reelaborarla se da cuenta de
cosas que tal vez antes no había visto; lo hace para que yo lo entienda, pero
al explicarse para mí también se explica para sí mismo. Estamos en la diada
terapéutica. Suelo decir que cada vez que se saca una foto de la caja, la caja
donde están las fotos del recuerdo, la vemos, la miramos y nos causa unas
sensaciones y unos sentimientos, y cuando la volvemos a dejar, esa foto nunca
va exactamente al mismo lugar de la caja donde había estado, nunca nos
despierta siempre los mismos sentimientos, porque cada vez que la vemos entra
en juego la subjetividad. Esta subjetividad hace que las cosas cambien.
Hace mucho
que aprendí a dejarme llevar, sin perder consciencia de lo que pasa ni mi
capacidad de elección. Esto me es muy útil para acompañar a los pacientes y
señalarles caminos que pueden tomar no, según sus decisiones.
La cuestión
es que vaya tomando confianza en sí mismo y se atreva a “ser”; aquí es donde mi
trabajo encuentra su utilidad.
Por la
desconfianza en sí mismo, el agorafóbico necesita atarse a muchos cabos, estos
cabos son los mismos que le impiden moverse, y puede que incluso no pueda venir
a consulta.
Si no puede
desplazarse, la alternativa que nos queda es el teléfono. Yo no soy partidario
de la videoconferencia, por su inseguridad y porque no siempre es accesible a
todo el mundo y aunque la imagen puede dar información, resta atención al
discurso.
Por contraste,
además del mensaje trasmitido, en el teléfono se oyen los tonos, los cambios,
la velocidad y el ritmo de la palabra; los silencios, su duración, la forma de
romperlos; el estado de ánimo, la respiración, la fluidez y la riqueza del
discurso. Hasta se pueden sentir los “insight”, y si se tienen dudas, pues
siempre se puede preguntar.
Cuando le
pido una sugerencia al paciente sobre algo que él cree que puede hacer, lo hago
porque sé que todo ha de partir de él. Hay que saber dónde se atreve a situarse.
Conviene que tome conciencia de sus posibilidades y que se comprometa con
ellas. Él es la medida de todas sus cosas,
y conforme avance, se irá empoderando…, que de eso se trata.
De momento
nada más. Un saludo. Muchas gracias.